lunes, 29 de diciembre de 2008

BELENES (¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO PARA TODOS MIS AMIGOS Y LECTORES!)



EN EL BELÉN napolitano, aparece "Pulcinella", símbolo de Nápoles, y que es un fantasma, vestido de blanco, con el rostro negro, siempre pensando alguna estratagema para poder "comer y beber" (los tributos a los muertos, tan arcaicos, pueden sustituirse por las limosnas a los mendigos…).

(TODAS ESTAS NOTAS son de la "Cantata dei Pastori", belén visto en el Instituto Italiano de Cultura en la Navidad de 2005.)




LOS BELENES NAPOLITANOS presentan varios "motivos" relacionados con el tránsito "pasado-futuro", "paganismo-cristianismo", "muerte-vida" (al fin y al cabo, es un "nacimiento"…): los mendigos (como los muertos, ni comen ni beben); el pozo (conecta las aguas subterráneas –y el Hades, ¡Magna Grecia!- con las de superficie; muchas iglesias de la "Virgen del Pozo", a quien se asocia); el agua que fluye (tradición de que el ángel se presentó cuando María buscaba el agua); el molino (la máquina de la muerte tritura el grano, pero también nace la harina de donde saldrá el pan); la posada (el tránsito, los riesgos del viaje); el quesero (cuaja la leche y la convierte en queso).

LA FIGURA MÁS importante del Belén napolitano es el "pobre pastor Benino", representado durmiendo. En sueños se le aparecen los ángeles y le anuncian la llegada de Jesús; todavía en sueños, se levanta y va atravesando un mundo idílico en que todas las clases sociales lo comparten todo y son felices, y todos los oficios son benditos; finalmente se queda con la boca abierta al ver al Niño.



DESDE EL SIGLO II ya se conocen las representaciones del Nacimiento en las pinturas de la Catacumba de Santa Priscila (en la imagen, Virgen con el Niño en brazos, y a su lado el profeta Isaías apuntando con el dedo hacia una estrella).

EN EL SIGLO XIII, S. Francisco celebra la Eucaristía en la Nochebuena de 1223 en una cueva del pueblo italiano de Greccio, con una representación viviente de un establo con la Virgen, S. José y un Niño Jesús, con mula y buey. Los franciscanos introducen el Belén en España en el xiglo XV, conservándose del XVI el Belén de Coral del Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid (figuras en coral, plata y bronce).

LA COSTUMBRE DE montar un Belén no se extendería a los hogares españoles hasta bien entrado el XIX, convirtiéndose en pequeños oratorios festivos con figuras traídas desde tierras granadinas y murcianas., incorporándose luego desde inicios del XX las figuras de Olot (más orientalistas e historicistas que las otras, que vestían trajes típicos regionales y utensilios de trabajo de las comarcas españolas).

EL LLAMADO "BELÉN popular español" tiene una estructura característica: una plataforma plana sobre la que discurre un paisaje montañoso con vegetación y río, y con las tres escenas típicas (la gruta de la Natividad, el Anuncio a los pastores, y la llegada de los Magos).

VER EL TÉRMINO "cueva", en el arte litúrgico ortodoxo-ruso.

EL BELÉN DEL Palacio Real es "el del Príncipe". Hay elefantes por lo exótico. Llegó a contar con seis mil piezas. En 1845 se encargó al pintor Vicente López la disposición escenográfica. Pero el emplazamiento variaba dependiendo de los gustos de cada Monarca.

FIGURAS INCLUIDAS EN los ajuares de las monjas. Belén del convento de Santa Isabel: figuras "de palillo" (exclusivas, hechas una a una). Hay una pastora hindú por las nuevas vocaciones. Figuras al óleo del artista Mayo Lebrija, en 2006: la Virgen "acostada", como era tradicional antes del XIV.

EN ORIENTE (DAN la comunión con una cucharilla), la fiesta del Bautismo es más importante que la Navidad.

EN EL JORDÁN suele pintarse un dios fluvial. "Sepulcro líquido". El taparrabos de Jesús recuerda las vendas mortuorias. El río se abre, como se abrió Belén, como se abrirá el Gólgota.

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